Juan Luis Miguel y Popy Villafañe presentan el libro "La Chacarera en La Rioja"
- La Coplera FM La Rioja
- 20 ago
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Juan Luis Miguel y Popy Villafañe, intérpretes de la danza riojana, celebran 30 años de trayectoria. Con pasión y disciplina, hoy presentan "La Chacarera en La Rioja", un legado histórico, artístico y cultural que resguarda la esencia riojana y fortalece la identidad provincial.

Treinta años de camino, de escenarios, de viajes, de ensayos y de aprendizajes marcan la historia de dos nombres inseparables de la danza folklórica de La Rioja: Juan Luis Miguel y Popy Villafañe. En su andar, la danza se convirtió en una forma de vida, en un lenguaje de transmisión cultural y en una herramienta de identidad. Ambos, desde muy jóvenes, abrazaron la tradición riojana con la certeza de que el folklore riojano debía tener en sus pasos, en su música y en sus vestuarios, la posibilidad de dialogar con el tiempo presente.
Su carrera, jalonada por premios y reconocimientos a nivel provincial y nacional, ha sido siempre una búsqueda incansable de la excelencia técnica y, a la vez, un compromiso con la comunidad. La danza no fue solo espectáculo; fue también pedagogía, fue docencia, fue trabajo constante en talleres, festivales y escenarios donde cada niño, cada joven y cada adulto que compartió el espacio se llevó consigo el fuego vivo de una tradición que no se apaga.
Hoy, ese recorrido encuentra un fruto nuevo, una concreción que resume, ordena y proyecta el trabajo de décadas: la publicación del primer tomo de una colección rica para el patrimonio riojano La Chacarera en La Rioja. Este libro no es solamente un manual, ni únicamente una investigación académica. Es, sobre todo, un registro histórico y artístico que busca preservar las formas coreográficas propias de la provincia, aquellas que fueron gestadas en los patios, en las peñas, en los escenarios populares y en la memoria de quienes hicieron del folklore un modo de existir.
La obra se organiza en varias dimensiones. En primer lugar, el registro de patrones coreográficos propios de La Rioja, una tarea paciente de observación, recopilación y puesta en valor que permite comprender cómo la chacarera riojana fue adquiriendo un sello propio dentro del universo del folklore nacional. En segundo lugar, una propuesta musical que acompaña la investigación y que da cuenta de la riqueza sonora que acompaña a la danza. A su vez, el libro incluye un apartado dedicado al vestuario, donde se recuperan las formas, los colores y los tejidos característicos de la época, en un intento por ofrecer al lector y al bailarín una visión integral del fenómeno cultural riojano.
Pero La Chacarera en La Rioja no se agota en este primer tomo. Se trata, en realidad, de un proyecto mayor que contempla tres volúmenes. Cada uno de ellos ampliará la mirada, ofrecerá nuevas investigaciones y propondrá nuevos diálogos entre la tradición y la contemporaneidad. Esta primera entrega es, por lo tanto, un punto de partida, una semilla que anuncia la cosecha futura.
El gesto de publicar este trabajo es también un gesto de gratitud. Gratitud hacia los maestros que transmitieron saberes, hacia los compañeros de ruta que compartieron escenarios y ensayos, hacia los alumnos que mantuvieron viva la motivación y hacia el pueblo riojano que siempre alentó y acompañó. Cada página del libro guarda, en sus palabras y en sus imágenes, ese pulso comunitario que da sentido a la tarea artística.
Hablar de Miguel y Villafañe es hablar de resiliencia y de sueños cumplidos, pero también de sueños en marcha. Su trayectoria no se mide únicamente en años ni en premios, sino en la cantidad de veces que volvieron a empezar, que reinventaron una coreografía, que adaptaron un ensayo a las circunstancias, que tendieron la mano a un nuevo bailarín. En ellos, la danza se vuelve metáfora de la vida: ensayo constante, equilibrio entre fuerza y suavidad, diálogo permanente entre lo que se hereda y lo que se crea.
El aporte de este libro al patrimonio cultural riojano es innegable. No se trata únicamente de un objeto destinado a especialistas o a bailarines profesionales. Su intención es mucho más amplia: llegar a las escuelas, a los talleres barriales, a las bibliotecas populares, a los centros culturales y a todo aquel que sienta la inquietud de conocer y reconocer su propia cultura. Al abrir sus páginas, el lector encontrará tanto la rigurosidad de la investigación como la calidez de un relato que late con el ritmo de la chacarera.
En definitiva, La Chacarera en La Rioja es un homenaje y una apuesta. Un homenaje a las raíces, a los ancestros, a los que bailaron antes que nosotros y nos dejaron la huella en el polvo de la tierra. Y una apuesta al futuro, porque cada registro, cada nota, cada puntada de vestuario guarda la esperanza de que las nuevas generaciones sigan danzando, sigan creando y sigan defendiendo con orgullo la identidad riojana.
Treinta años de carrera no son un punto de llegada, sino una invitación a seguir. Y es allí donde Juan Luis Miguel y Popy Villafañe se plantan con firmeza: en el compromiso de que la danza folklórica de La Rioja continúe creciendo, expandiéndose y proyectándose más allá de las fronteras. Con este libro, la tradición encuentra una nueva forma de permanecer, de hacerse presente, de bailar también en las páginas escritas.






























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